Friday, March 29

Henar Álvarez, humorista: “Tenemos éxito porque por fin las chicas sienten que escuchan algo que tiene que ver con ellas”


Que las mujeres han revolucionado el panorama de la comedia es un hecho. Ejemplo de ello son las actuaciones de ‘Estirando el chicle’ frente a miles de personas o encabezando la lista de los podcast más escuchados en España semana tras semana. No es de extrañar que, a raíz de ese éxito, surjan otros proyectos también protagonizados por mujeres como ‘Dos rubias muy legales’ de Raquel Córcoles (Moderna de Pueblo) y Henar Álvarez, cuya voz también se escucha en ‘Estirando el chicle’, ‘Buenismo bien’ y, por primera vez, en la gran pantalla, en ‘Ninjababy’, de Yngvild Sve Flikke, película en la que dobla a su protagonista, Raquel.


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Para Álvarez, el actual éxito de las mujeres que hacen comedia se basa en dos cuestiones: la primera, que han empezado a confiar en ellas y, la segunda, que las empresas han comenzado a ver sus proyectos como un negocio viable que poder explotar. “Aunque sea por una cuestión capitalista, han visto en este tipo de proyectos un mercado que se puede explotar, por eso nos dan la oportunidad de llevarlos a cabo. El éxito de las cómicas surge porque por fin un montón de chicas sienten que están escuchando algo que tiene que ver con sus vidas y eso, aunque no les haga más gracia, hace que se sientan ligadas al tema”, confiesa en una entrevista con este periódico en Bilbao, durante la promoción de la película cuyo doblaje saldrá en los cines el próximo 10 de junio.

¿Qué fue lo primero que le vino a la cabeza cuando le propusieron realizar el doblaje de la película?

Me dio mucha alegría porque ya había trabajado en doblajes, pero eran publicitarios, así que el poder doblar a un personaje de ficción me hacía ilusión. Fui a ver la película antes de tomar la decisión y me gustó. Me pareció una historia muy original. Se trata de una chica que cuando se da cuenta de que está embarazada y quiere abortar se le ha pasado el plazo y no puede hacerlo. Me pareció un tema muy interesante y un regalo poder interpretar a un personaje así.

¿Qué ha sido lo más difícil de este trabajo?

El personaje de Raquel físicamente es muy pequeño y habla muy bajito, y yo soy todo lo contrario, proyecto muchísimo y parece que voy por la vida como si estuviese todo el rato en un escenario hablando para mil personas. Tener que modificar mi manera de hablar fue bastante complicado. Casi tenía que convencerme a mí misma de que estaba triste. Esa era la única manera en la que conseguía retrotraerme y hablar de una forma que le pegase a Raquel.

¿A la sociedad le cuesta ver que existen maternidades diferentes o que directamente una mujer no quiere ser madre, como en el caso de la película?

Como sociedad nos cuesta ver que una mujer tome decisiones pensando exclusivamente en ella en lugar de en los demás. Todo lo que implique tomar la decisión de no cuidar o de no ser madre, sigue llamando mucho la atención porque hay estereotipos que siguen estando muy arraigados, y, a veces, no somos ni conscientes.

No sé si es su caso, pero hay actores y actrices de doblaje que critican el intrusismo laboral que supone que personas famosas que no se dedican al doblaje profesionalmente, doblen películas. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Evidentemente, parte de razón tienen. En mi caso, yo ya había doblado antes, pero entiendo que tienen parte de razón porque es su profesión, han estudiado, se han formado para eso y les molestará muchísimo ver que una persona que no forma parte del sector lo haga. Por otra parte, entiendo que hay productoras o distribuidoras que ven como parte del marketing de la película que el doblaje lo haga una persona famosa.

En 2020 publicó junto a Ana Mushell la novela gráfica ‘La mala leche’. Secuoya Studios anunció que la convertiría en serie. ¿Cómo va ese proyecto?

No puedo decir nada todavía. No porque no quiera contestar, sino porque no hay nada nuevo que aportar a lo que ya se sabe.

Recientemente ha creado junto a Raquel Córcoles (Moderna de Pueblo) el podcast ‘Dos rubias muy legales’. ¿Cómo surgió ese proyecto?

Ella escribió ‘Coñodramas’ y yo ‘La mala leche’ y salieron los dos comics a la vez. Nosotras ya nos conocíamos de antes y a Raquel se le ocurrió que hiciéramos un podcast de un día para hablar de nuestros libros. Por circunstancias, no lo hicimos, pero eso se quedó ahí. Hasta que hubo un día, hace relativamente poco, que decidimos retomarlo y terminamos sacando este proyecto adelante.

Cada vez es más común ver a mujeres detrás de proyectos como ese, hace años era algo que parecía prácticamente inviable. ¿Qué ha cambiado?

Han cambiado dos cosas. La primera, que por fin han confiado en las mujeres para hacer una comedia más autoral, en la que hablamos desde nuestro punto de vista. La segunda, la existencia de ‘Estirando el chicle’, un modelo de éxito con público, económico y viable que ha llamado la atención de empresas, que aunque sea por una cuestión capitalista, han visto en este tipo de proyectos un mercado que se puede explotar, por eso nos dan la oportunidad de llevarlos a cabo.

Cuando trabajaba de guionista, veía que era mucho más difícil que los puestos creativos los ocupasen mujeres, casi siempre ellas estaban en producción y ellos en guion

¿Ser cómica y mujer en España a qué le hace enfrentarse?

No sé si soy la persona adecuada para responder a esa pregunta ahora mismo, porque siendo completamente sincera, no me faltan ni el trabajo ni las oportunidades y, además, estoy en un momento muy bonito porque todos los proyectos en los que trabajo son míos. Me tengo que enfrentar a, como dice Mala Rodríguez, ‘no ser mi propia proxeneta’ y no explotarme. Sí que puedo decir que, cuando trabajaba de guionista, veía que era mucho más difícil que los puestos creativos los ocupasen mujeres, casi siempre ellas estaban en producción y ellos en guion. Salvo en ‘Las que faltaban’, que era un equipo compuesto íntegramente por mujeres, en el resto de los programas en los que he trabajado el número de guionistas hombres siempre ha sido aplastante, prácticamente como un reflejo de lo que luego pasaba en la pantalla.

¿Cuando el proyecto es suyo, la autoexigencia es mayor?

La verdad es que yo lo doy todo en todas las cosas que hago porque siento mucho respeto por el público. Tengo un pánico atroz a que la gente no se ría y que eso derive a que no me quieran o a que piensen que soy mala haciendo mi trabajo. Esos son los dos mayores miedos que tengo. Entonces, todo lo que hago, sea mío el proyecto o no, lo trabajo muchísimo.



¿Cómo se enfrenta a ese miedo a que la gente no se ría?

Me enfrento mal. Intento llevar una base sólida muy preparada con chistes, acciones o performances que sepa que van a funcionar seguro, una red sobre la que poder apoyarme, aunque luego sobre eso pueda improvisar. En los programas trato de hacer que haya un equilibrio, que lo que cuento sea interesante y que esté contado de forma amena para que la gente se ría.

¿Hacen gracia las mismas cosas a los hombres que a las mujeres?

No creo. Habrá un tipo de humor que será general, pero hay particularidades que hacen que a unos nos hagan gracia unas cosas y a otros no. No nos hacen gracia las mismas cosas a los negros que a los blancos ni a un americano americano de Milwaukee que a una chica de Albacete. Aunque haya cosas generales, el humor también son puntos de vista. Las personas que hacemos humor contamos la vida desde nuestro punto de vista, entonces, siempre habrá cosas con las que la gente que coincide con tu punto se sentirá identificada y le harán gracia. El éxito de las cómicas surge por eso, porque por fin un montón de chicas sienten que están escuchando algo que tiene que ver con sus vidas y eso, aunque no les haga más gracia, hace que se sientan ligadas al tema.

Tengo un pánico atroz a que la gente no se ría y que eso derive a que no me quieran o a que piensen que soy mala haciendo mi trabajo

Parece que cuanto más famosos se hacen algunos proyectos más bulos circulan sobre ellos, como, en su caso, el de las ‘chocho charlas’ financiadas por el Ministerio de Igualdad en ‘Estirando el chicle’. ¿Qué piensa sobre ello?

Creo que la gente que se cree eso es porque se lo quiere creer. Para quien no sepa qué pasó, realizamos un espectáculo en ‘Estirando el chicle’ en el Festival de Málaga y yo hice una performance diciendo que iba a enseñar a mis compañeras a mear de pie porque ahora que somos medio populares no nos podíamos permitir emborracharnos, mear entre los coches y que alguien nos grabara y lo subiera a las redes sociales. Les decía que les iba a enseñar a mear de pie para disimular y que nadie supiera que están meando. Todo esto derivó en que estábamos dando unas ‘chocho charlas’ pagadas por el Ministerio de Igualdad en las que enseñábamos a las mujeres a mear como los hombres. Nadie habló de los hombres en ningún momento y en el vídeo se veía perfectamente que era el escenario de un teatro y que estábamos haciendo comedia porque se oían incluso las risas. Aún así, el bulo se difundió por toda España. Quieren creer algo así porque les molesta ver a mujeres en un escenario haciendo lo que les sale del coño, con miles de personas que han pagado por verlas y, hay algo ahí, que hace que cortocircuiten y prefieran creer un bulo para criticarnos.

¿A quién molesta tanto que las mujeres hagan este tipo de performances?

No lo sé.

¿Por qué es importante que los hombres oigan y vean a mujeres humoristas?

Ha llegado un punto en el que a mí me da igual lo que hagan los hombres. De hecho, prefiero que me escuchen las mujeres. Si me escuchan los hombres bien, pero me da igual lo que hagan. Mi público mayoritario está compuesto por mujeres, es un público increíble y agradecido. Nosotras hacemos comedia y entretenimiento, pero creo que la docencia tiene que recaer sobre las espaldas de otras personas. Bastante tenemos con hacer reír.

¿En sus redes sociales los comentarios machistas están a la orden del día?

Cada vez menos. En mi Instagram puede aparecer de manera puntual alguna cosa. En Twitter he hecho un bloqueo selectivo bastante fuerte, tengo a miles de personas bloqueadas. Entonces, cada vez recibo menos y, cuando llegan, lo hacen en oleadas, como hemos hablado antes, porque un vídeo se viraliza y se divulgan bulos. Esos bombardeos suelen durar una semana y luego se pasan, pero nada más.

Estar recibiendo mierda en tu teléfono 24 horas durante una semana es muy desagradable. Estoy cerca de cumplir 40 años, tengo un hijo y hay cosas que pienso que no tengo por qué aguantar

¿Alguna vez ha evitado un chiste o una broma por el qué dirán o por si se hace viral y recibe mensajes negativos?

Muchas veces. Yo he recibido mucha mierda y llega un punto en el que ya estás realmente cansada y no te apetece. Hay cosas, como el chiste sobre mear, que no te imaginas que se van a hacer tan virales. Estar recibiendo mierda en tu teléfono 24 horas durante una semana es muy desagradable. Estoy cerca de cumplir 40 años, tengo un hijo y hay cosas que pienso que no tengo por qué aguantar. Además, te pones a pensar en que te puede caer una denuncia o algo así, y terminas pensando que ese chiste tan bueno igual mejor se lo puedes contar a tus amigas en el bar.

Han cambiado el panorama español del humor hasta el punto en el que hay niñas que no solo quieren ser cómicas, sino que saben que pueden llegar a serlo. ¿Cómo se siente al respecto?

Es muy guay. Hice una actuación en Tenerife hace poco y una chica de unos veinte años me trajo un collage que era una especie de taquilla de instituto decorada con mis fotos y las de compañeras cómicas. Me dijo que si volviera al instituto su taquilla sería esa. Me pareció muy bonito. También genera responsabilidad porque yo no quiero ser un modelo de nada, soy una persona con muchas contradicciones y hago muchas cosas mal. Yo, lo único que quiero es hacer comedia. Es verdad que tengo una manera de hacer comedia muy reivindicativa y feminista, pero porque hablo de la vida como yo la veo.

¿Qué tema le gustaría tratar, ya sea en podcast o en monólogos, que aún no lo haya hecho?

Me haces esa pregunta y siento que tengo que ponerme a trabajar (risas). Estamos cerca de los 200 programas en ‘Buenismo bien’ y creo que no hay tema que no haya hecho. Hay veces que lo que más hago es nutrirme de la actualidad y de la cultura que consumo. No te sé decir qué tema general no he tocado ya, pero culturalmente me gusta relatar lo que consumo, así que imagino que habrá temas infinitos que están por descubrir, no te sé decir aún cuales son.

¿Es actriz de doblaje, pero se ve algún día detrás de la pantalla, dirigiendo?

Eso es lo que yo siempre he querido ser en realidad, pero no creo que ahora sea el momento, porque como es lo que siempre he querido hacer, fallar en eso me daría un miedo tremendo. Siento que he ido dando vueltas en mi vida laboral hasta llegar a donde quiero llegar, que es hacer películas. De repente, me encontré con la comedia por el camino y me subí a esta ola, me gustaba mucho y me ha ido genial. Ahora estoy intentando volver a ese camino. Tendría que formarme porque me parece que dirigir es una cosa muy difícil, eso sería lo primero que tendría que hacer, y luego, encontrar una historia que quiera contar… Son muchas cosas, pero me encantaría llegar a hacerlo algún día.





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