La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha emitido un comunicado en el que reitera su “compromiso público” con la necesidad de realizar “cambios estructurales” en su organización tras la crisis desatada por el comportamiento sexista de su expresidente, Luis Rubiales, tras la final del Mundial.
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La organización, presidida de manera interina por Pedro Rocha, pide así a las futbolistas que se unan al movimiento de cambio iniciado “por la nueva dirección” cuando quedan menos de dos horas para que la nueva seleccionadora anuncie a las jugadoras convocadas para los próximos encuentros. Ninguna de las 39 profesionales ha comunicado que abandone su negativa a participar.
“Se insta a las jugadoras a sumarse a este cambio liderado por la Federación”, dice el comunicado, que añade que “las transformaciones que deben continuar deben ser sólidas y justas”. La RFEF no especifica en el documento cuáles son esos cambios concretos ni en qué plazos se llevarán a cabo.
El comunicado llega también en respuesta a la carta firmada por 39 jugadoras y en la que especificaron cinco cambios que consideran importantes en la estructura de la organización del fútbol español. Ésta habla ya de “una nueva etapa de la Federación que tanto el fútbol como la sociedad demandan”, pero no hace referencia a las cinco peticiones concretas.
Sin embargo, no hace mención a que se hayan atendido las demandas concretas de las jugadoras y prometen garantizar “un entorno seguro a las jugadoras”, como pidieron las internacionales en su carta, “y apostamos por un clima de confianza mutua para que podamos trabajar juntos y logremos que el fútbol femenino siga progresando con mucha más fuerza”.
La RFEF termina el documento invitando a las jugadoras a “comenzar a lucir la estrella que con tanto esfuerzo las internacionales han conseguido”, aunque se desconoce aún si ha sido suficiente para que las futbolistas cambien de opinión.
La petición de las jugadoras
Las 39 futbolistas que el pasado 15 de septiembre hicieron públicas sus demandas pidieron “tolerancia cero” contra las personas que desde dentro de la Federación “han tenido, incitado, escondido o aplaudido actitudes que van contra la dignidad de las mujeres”. Sus peticiones llegaron poco antes del momento en que la nueva seleccionadora, Montse Tomé, tenía previsto presentar la lista de convocadas, un acto que fue cancelado.
Ese mismo día, la Federación anunció que Rocha sería el encargado de liderar los cambios en la institución e hizo un llamamiento “al diálogo y la cooperación” en lo que describió como “un escenario especialmente atípico como el que se vive con la Selección Española”. El organismo reiteró su compromiso con las campeonas del mundo, “por las que siente un orgullo enorme”.
Las peticiones de las jugadoras van desde la reestructuración del organigrama del fútbol femenino y del gabinete de la presidencia y secretaría general, hasta la dimisión del presidente de la RFEF, una nueva estructura del área de comunicación y marketing, así como de la dirección de integridad.
Al frente de la secretaría general está Andreu Camps. Según informa este lunes ‘El Confidencial‘, Camps se negó a imprimir el nombre de las futbolistas en las camisetas —cuando sí lo hacía con la selección masculina— alegando que “suponía mucho gasto” y posteriormente fue uno de los interlocutores en las negociaciones con las jugadoras hasta que le desautorizó Rubiales.
Las futbolistas han defendido que los cambios realizados hasta ahora, bajo el liderazgo de Rocha, no son suficientes y que su objetivo es lograr que “las jugadoras se sientan en un lugar seguro, donde se respete a las mujeres, se apueste por el fútbol femenino y donde podamos dar nuestro máximo rendimiento”.
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